Buenas Fernando,
Entender el interés compuesto es fundamental para cualquier persona que esté construyendo una cartera diversificada con aportaciones periódicas, como es tu caso. Muchas veces escuchamos que el interés compuesto es "el motor más potente del ahorro a largo plazo", pero cuesta visualizar por qué es tan determinante.
Empecemos por compararlo con el interés simple.
Interés simple: el beneficio no se reinvierte
El interés simple genera una rentabilidad fija sobre el capital inicial, sin que los beneficios obtenidos se sumen al capital para generar nuevos intereses. Es decir, cada año se gana lo mismo.
Supón que inviertes 1.000 euros al 5 % anual durante 5 años con interés simple:
Año 1: 1.000 € + 50 € = 1.050 €
Año 2: 1.000 € + 50 € = 1.100 €
Año 3: 1.000 € + 50 € = 1.150 €
Año 4: 1.000 € + 50 € = 1.200 €
Año 5: 1.000 € + 50 € = 1.250 €
Has ganado 250 euros. Rentabilidad lineal, sin sorpresas.
Interés compuesto: el beneficio se reinvierte
Con interés compuesto, los intereses que vas obteniendo cada año se reinvierten, de forma que también empiezan a generar intereses. A partir del segundo año, ya no ganas solo sobre los 1.000 euros iniciales, sino sobre los 1.050 del primer año, luego sobre los 1.102,5 del segundo, y así sucesivamente.
Usando el mismo ejemplo de 1.000 euros al 5 % anual:
Año 1: 1.000 € + 50 € = 1.050 €
Año 2: 1.050 € + 52,5 € = 1.102,5 €
Año 3: 1.102,5 € + 55,13 € = 1.157,63 €
Año 4: 1.157,63 € + 57,88 € = 1.215,51 €
Año 5: 1.215,51 € + 60,78 € = 1.276,29 €
En este caso has ganado 276,29 €, sin aportar más dinero. Has generado 26 € más simplemente por dejar los beneficios dentro de la inversión. La diferencia no parece espectacular en 5 años, pero cambia por completo cuando trabajamos con horizontes más largos.